viernes, 20 de enero de 2012

Gustavo Sala y los límites del humor



Por Gabriel Zárate

Gustavo Sala, uno de los humoristas más originales y talentosos, surgidos en la última década en Argentina, provocador por naturaleza, ha abordado casi todos los temas posibles siempre con su corrosivo estilo de humor negro, acido e irreverente. David Gueto: El DJ de los campos de concentración en “Fiessta”, fue un intento de desacralizar a David Guetta, célebre DJ francés de música electrónica y desató la reacción inmediata de La Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia) pues "se banaliza al Holocausto". El diario Página/12 procedió a pedir disculpas por el hecho.

En una entrevista radial para el programa Perros de la Calle, Gustavo Sala afirmó: "Se armó un lío que me sigue sorprendiendo, con esta tira que siempre hago todos los jueves hace años en Página/12. En este caso fue simplemente usar al DJ de moda, David Guetta, jugar con el nombre, y a partir de eso, hacer una parodia de los estereotipos de los judíos".

"Las cosas que hago es de la ingenuidad y burlando los estereotipos, se supone que hay cosas que están tan instaladas que son tópicos. Si bien yo hago humor, nunca me mueve provocar por provocar o la mala leche, me meto con los rolingas, con los travestis, con todos. Si uno hace un chiste se burla del estereotipo no directamente de eso".


La entendible indignación de la comunidad judía argentina ha conseguido un curioso “efecto boomerang”, pues la tira de Gustavo Sala ha sido más leída y comentada en diversos medios locales e internacionales, convirtiéndose en materia de debate y discusión en la red. Probablemente “Fiessta” será una de las tiras humorísticas más recordadas de Gustavo Sala justo por su carácter polémico que obliga a reflexionar sobre los márgenes del humor y también por el ruido mediático que ha provocado y el haber despertado encendidas controversias en la comunidad virtual.

Sin proponérselo Gustavo Sala, hoy en el ojo de la tormenta, tiene todas las miradas centradas en él y en una discusión entre la libertad del artista enfrentada a los límites de lo políticamente correcto, además de numerosas muestras de fraternal apoyo y cálida solidaridad de amigos historietistas y lectores fans que admiran su obra y continuaran leyéndolo a pesar de todo. ¡Aguante Sala!¡Fuerza!

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